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6 y 7 de septiembre, lo complicado que es describir lo justo, cuando permea lo injusto

Por Ana González


“El País debe avanzar hacia el futuro con la pesada carga del pasado” Michelle Bachelet

Confieso que escribir sobre derechos humanos, mejor dicho, el reconocimiento de Derechos Humanos, particularmente esta vez me resulto bastante complicado, me di cuenta que tengo mucho más presente todo aquello que permea lo “injusto” que lo “justo”, y que por primera vez le estoy dedicando tiempo a describir la sensación que aún no nombro y sin embargo me sigue erizando la piel. Tengo un registro cronológico de todas las veces que me he sentido señalada y limitada por ser mujer y otros tantos que suman el hecho de que soy abogada, pero esta vez es diferente porque la sensación no es de impotencia si no de gozo.

El pasado 6 y 7 de septiembre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue protagonista de un acontecimiento histórico, y para aquellos que pretenden demeritar el hecho, es la primera vez que un Tribunal Constitucional de América Latina se pronuncia sobre el derecho humano de las mujeres y personas gestantes sobre la decisión de ser madre. A la literalidad el Magistrado Presidente Arturo Zaldívar expuso:




He repasado una y otra vez las sesiones de la Corte y usted no tiene idea de la emoción y la conmoción que se concentra en el pecho de las personas que ponemos el cuerpo todos los días en un intento de equilibrar la balanza social, cuando la justicia se apersona y se apodera del argumento es un verdadero deleite y permítame exponerme, pero es el momento en el que reafirmo el camino que escogí y pienso que no podría hacer otra cosa. Luego entonces resulta que el pronunciamiento es el reconocimiento a la capacidad de decidir de las mujeres y personas gestantes sobre el rumbo de su vida, entonces realmente el corazón explota, porque también soy mujer.


Es menester traer al dialogo que históricamente las mujeres siempre hemos sido “lo otro”, y en estos tiempos modernos “ciudadanas de segunda”, cuyo ejercicio de derechos se encuentra bajo la potestad de un padre, un esposo, hijas e hijos, un poco más reciente de un jefe, un sistema económico que condiciona el desarrollo de la vida de las personas, el internet, me gustaría decir que menos pero la iglesia sigue vigente y el estado; todos marcando el paso de un “deber ser”, que a veces es político y otras tantas, no pocas, es moral, siempre teniendo algo que decir respecto al espacio que ocupamos en el mundo y como se tiene que habitar.


A la fecha, ese discurso es el mismo, no importa el espacio, ni el grado, porque no siempre es estruendoso, muchas veces es sutil y se cuela en el inconsciente que funge como grillete de las mujeres, todas, aun aquellas, que como dice el Subcomandante Marcos, nos tomamos la osadía de ponernos de pie y caminar erguidas.


Pues bien, ¿Cómo impacta mis derechos los fallos de la Corte?, ¿Qué se siente un día amanecer con un derecho que no era reconocido antes?, en este punto y perdóname Angélica, lamento decirte que no se contestar las interrogantes, pero me hace repensar mi posición de privilegio ante el evidente hecho que no soy madre y que al día de hoy no me he visto en la necesidad de enfrentarme al monstruo del sistema de salud que pondera mi vida en relación a sus juicios morales, sin embargo, me tomo el atrevimiento de visibilizar a aquellas que se han sometido a procedimientos de abortos clandestinos, insalubres y poco profesionales, negarlo no quiere decir que no esté pasando, y le ofrezco una disculpa ante mis pocos modales y en estos momentos subo los codos a la mesa para que le incomode de la misma manera que el hecho de saber que el sector de la población con menos recursos económicos es quién lo padece. Es una realidad que en estos tiempos recibir un trato digno depende de un historial crediticio, mínimo en una tienda departamental.


Pero lo que sí sé, es que caí en cuenta que esta pequeña gran victoria, que sabe a gloria, muestra un sendero largo por recorrer, sobre todo, ante el hecho de que pareciera que un mundo que garantiza próximamente las celebraciones nupciales en marte, entre otras cosas, muchas otras cosas, que no dudo que pasen, de pronto me reencuentro con ésta sociedad que juzga y criminaliza el actuar de las mujeres en este caso, con bases morales y Juicios dictados por la divinidad que nos sigue colocando el estribo de las “malas mujeres”; serpientes, dirían las sagradas escrituras, “Marías Magdalenas”.


Entre otros argumentos expuestos por la Corte, la Magistrada Piña considera que castigar con cárcel el aborto, no busca la protección de un supuesto derecho a la vida, se castiga la conducta sexual de las mujeres limitando su libertad.


En fin, como bruja, serpiente, o tal vez una “María Magdalena” mas, le platico que lleva instalado un rato ya, en nuestras legislaciones y Congresos, un populismo penal que al mero estilo del oeste se cobra con prisión cualquier desacato, bajo el argumento de una falsa mano dura, con el fin de corregir una sociedad impura, pero por otro lado es inmune al hambre de su gente y ciego a la muerte de sus mujeres, de sus niñas, de sus madres, de sus hijas.

Sin embargo, hoy celebro que quienes estamos en esto podemos decir que lo ocurrido el 6 y 7 de septiembre, es el México que hemos contribuido a crear, un país más libre, más igualitario y sobre todo justo para todas, todos, todes.

Al día de hoy el estado debe garantizar educación sexual, en materia de salud reproductiva, el cual debe contar con acceso a la información y asesoría en planificación familiar con métodos de control natal; las mujeres y personas gestantes, son la únicas con derecho a decidir si continuar o no con su embarazo; la interrupción del embarazo debe ser practicada en instituciones de salud pública, de una forma segura, gratuita, confidencial, accesible y no discriminatoria; la persona con capacidad de gestar, debe tener una asesoría psicológica, la interrupción debe ocurrir en un periodo cercano al comienzo de la gestación con ello se evitará que más mujeres pongan en riesgo su vida en abortos clandestinos que no garantizan un procedimiento higiénico y profesional.


“Quizá decir que me opongo a la desigualdad, implica que aspiro a la igualdad. Quizá denunciar las restricciones ilegítimas a la libertad, significa que imagino un mundo en el que las personas somos libres.” (Estefanía Vela).

Mi querido México, el 7 de septiembre es nuestro aniversario, y le doy el estigma a la fecha de nuestro reencuentro amoroso, no solo con mi país si no con mi profesión y eso llamado justicia que tanto amo seguir.

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